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El número uno del mundo mostró toda su jerarquía y ganó el título en Australia.
El suizo jugó en un nivel espectacular durante todo el Abierto de Australia y en la final lo padeció el británico Andy Murray, quien perdió en apenas tres sets.
El insaciable suizo Roger Federer despachó ayer al británico Andy Murray, por 6-3, 6-4 y 7-6 (13/11) y se coronó por cuarta vez campeón del Abierto de Australia, su título de Grand Slam número 16 y el primero que consigue desde que es padre.
El número uno del mundo frustró la ambición de Murray de romper la maldición británica y de convertirse en el primer tenista de su país en adueñarse de un grande en 74 años, desde que lo hiciera su compatriota Fred Perry en 1936 en Nueva York.