martes, 18 de mayo de 2010

Aplaudan, aplaudan… no dejen de aplaudir


El neuquino Billi Godoy y el cipoleño Sebastián Heiland ganaron en el Luna Park. Ambos se fueron ovacionados.
El Niño superó a Cristian Ríos y logró el título mediano latino de la Fecarbox. En tanto, el rionegrino retuvo su corona latina del CMB.

Neuquén > El neuquino Billi Godoy y el cipoleño Sebastián Heiland hicieron historia en el Luna Park. El legendario escenario de Corrientes y Bouchard, acogió con aplausos la gran exhibición que realizaron ambos púgiles regionales, quienes, por primera vez en su carrera, levantaron sus respectivos cinturones en el templo del boxeo argentino. En el caso del neuquino consiguiendo el título mediano de la Fecarbox (Federación Caribeña de Boxeo Profesional) y el nacido en la vecina ciudad con su defensa de la corona Latina en la misma división del Consejo Mundial de Boxeo.
El Luna los ovacionó por la entrega y el corazón que pusieron para afrontar un compromiso muy duro para ambos y que lograron sortear con amor propio y guapeza. Todo en el marco de un megaespectáculo que tuvo como corolario la presentación de supercampeón mosca Omar Narváez quien se consagró bicampeón en la división (ver aparte) tras vencer al nicaragüense Everth Briceño.
La previa ofrecía títulos en juego y peleas atractivas. En la marquesina de esta programación estuvieron los dos boxeadores regionales, que no defraudaron, sobre todo Billi Godoy, ya que era su primera vez en el Luna Park. (Heiland había combatido dos veces).
El primero en salir a escena fue el centenariense, que se dio el gusto de convertirse en el primer boxeador neuquino en ganar un título en este mítico escenario venciendo al tucumano Cristian Ríos por puntos en fallo unánime en diez round.
Billi Godoy, que acusó en la balanza 72,400kgs., fue el que llevó el dominio del combate y así lo entendieron los tres jueces que coincidieron en darle su voto al neuquino por 96 a 94.
Con esta victoria Godoy pasó a disponer de un récord compuesto por 16 triunfos, siete de ellos conseguidos por la vía rápida.
Ríos quedó con seis victorias, una sola acelerada, y cuenta además con cinco reveses y un empate.
Tras un comienzo con dudas por la calidad del rival, un zurdo con una guardia invertida complicada que mostró una gran preparación física, le costó a Billi tomar el dominio de las acciones. Recién en cuarto asalto se pudo soltar, incluso hubo promediando la pelea un cruce de cabezas, acción en la que el neuquino salió más perjudicado por un golpe en el pómulo derecho.
El cambio de rival (en principio iba a enfrentar a Matías Ezequiel Franco, pero renunció a último momento) obligó a Billi a modificar los planes prácticamente sobre el ring ya que se enteró esta semana y no hizo una conveniente preparación para afrontar un combate ante un rival zurdo que siempre resulta complicado para su postura de diestro.
No obstante, El Niño llegó bien preparado (estuvo entrenando diez días en Caviahue) en un centro de altura media y eso le dio sostén para llegar bien al final de los diez round. A partir del cuarto empezó a sentirse más cómodo, incluso a sacarse los fantasmas de un escenario que siempre intimida por la historia y especialmente el sábado por la gran cantidad de gente (15 mil espectadores).
Ante el aliento del público, que empezó a volcarse a favor del neuquino a partir de buen planteo que fue llevando adelante, se “agrandó” y sobre el final logró sentirse más cómodo para apurar una definición que si bien no llegó por la vía rápida, resultó clara y el público lo terminó aplaudiendo con ganas.
Incluso, cuando estaba atendiendo a la prensa y desde el micrófono se anunció que había una corrección del fallo, por lo que los espectadores empezaron a abuchear anticipando su reprobación a cualquier otro resultado.
Sin embargo el alivio y explosión llegó cuando, en realidad, se corregía el puntaje de uno de los jueces que mejoraba con su veredicto la perfomance del neuquino. Ahí sí Billi fundió en un abrazo interminable con su padre, Bruno, con Aldo El Galán Ríos y sus allegados.

Heiland también festejó
El semifondo de la pelea de Omar Narváez tenía reservado otro hito para la historia del boxeo regional porque allí iba a estar nada menos que el cipoleño redicado en Pigüe Sebastián Heiland, quien también brindó un gran espectáculo para seguir alimentando su ascendente carrera.
El invicto peleador rionegrino se sobrepuso a un arranque con sobresaltos y le ganó finalmente al bonaerense Alejandro Falliga, para retener la corona Latina CMB de la categoría mediano en lo que fue la tercera defensa.
A pesar de haber caído en el primer asalto de la pelea, Heiland (16 victorias, 8 por la vía rápida) dominó luego con claridad y ganó el pleito, en fallo unánime, tras diez asaltos. Las tarjetas le otorgaron la victoria y consolidaron la exitosa defensa con los siguientes guarismos: 96-92, 98-91 y 98-90.
En otra pelea complementaria que también despertó expectatvias, Claudio “Pumita” Olmedo (63, 500 kg.) conservó su cetro latino del CMB interino superligero, tras ganarle por nocaut técnico en el octavo capítulo a Carlos Ahumada (63, 300).

Se dijo

“Estoy muy feliz, fue mi mejor pelea. No fue fácil porque Ríos es zurdo y me complicó bastante, pero por su suerte le gané. Fue una gran emoción haber ganado en el Luna Park”. (Billi Godoy)

Billi y un estreno soñado en el Luna.

Heiland prolongó el invicto. 1