martes, 18 de mayo de 2010

Es especial y hay que disfrutarlo"










Así definió Borghi el día en el que volvió a ser el mejor. "Me contrataron para pelear el descenso y somos campeones", dijo.
El Bichi se llevó la pelota del partido ante El Globo como hace cada vez que da una vuelta olímpica. Aún no definió su futuro.

Buenos Aires > No miente Claudio Borghi cuando dice: “Me contrataron para pelear el descenso y hoy somos campeones”. Las frases resumen la humildad y el trabajo de un grupo que se forjó a imagen y semejanza de su conductor. El entrenador de Argentinos Juniors se dio el gusto de conseguir como técnico lo que ya había disfrutado como jugador al ganar el Metropolitano 1984, el Nacional 1985 y la Copa Libertadores 1985. "Es un día muy especial y hay que disfrutarlo", agregó al tiempo que resaltó el "esfuerzo extraordinario de los jugadores".
El "Bichi" se mostró feliz y admitió su alegría por devolver al elenco de La Paternal a lo más alto del fútbol argentino. "Estamos muy contentos por lo que es Argentinos Juniors, hoy –por ayer- era un día muy especial para mí y para todos los jugadores que participaron en el campeonato”.
Cuando el árbitro pitó el final Borghi se apropió de la pelota del partido y explicó que es una costumbre de quedarse con cada una de los campeonatos obtenidos. "La pelota de cada campeonato siempre me la guardo, afortunadamente tengo cinco ya, y son para mi hijo que las colecciona", afirmó.
A pesar de que su nombre suena para ocupar el banco de Boca, dijo que posiblemente regrese a Chile, donde reside parte de su familia. Aunque dejó la puerta abierta para el Xeneize.

Calderón, el más bicho de todos

Buenos Aires > Si hay alguien que merecía un final con broche de oro ese es José Luis Calderón. El veterano goleador llegó a Argentinos Juniors convencido por el entrenador Claudio Borghi y cerró su brillante carrera futbolística con el título.
“Caldera” había anunciado su alejamiento del fútbol en noviembre del 2009, tras quedar fuera de la lista de Estudiantes de La Plata que jugó el Mundial de Clubes, pero aceptó la invitación del "Bichi" para retirarse dentro de una cancha.
Calderón, (La Plata, 24/10/''''70), que hizo las inferiores en Gimnasia pero no llego a jugar en Primera, comenzó su carrera profesional en Defensores de Cambaceres, donde llegó en 1989. En el ''''92 consiguió el ascenso a la Primera C. Ese año se incorporó a Estudiantes y se quedó hasta 1995 ascendiendo con el Pincha. El mismo año fue goleador del torneo Apertura con 13 tantos.
Luego de ese extraordinario semestre, Caldera llevó sus goles a Independiente, tras lo cual se marchó a Europa. Fue al Nápoli (sólo un gol en seis partidos), pero regresó al Rojo ocho meses después.
Para cerrar la herida volvió a Independiente y se consagró máximo goleador del Clausura de 1999 (17 goles). De ahí al fútbol mexicano dónde permaneció hasta 2003, primero en América y luego en Atlas de Guadalajara. No bostante, pegó la vuelta al país y su destino fue el `Rey de Copas`, para su tercera y última etapa con la camiseta roja.
A los 33 años arribó a Arsenal de la mano de Jorge Burruchaga. Allí llegó a la marca de 200 goles en su carrera y aún hoy ostenta la chapa de máximo artillero en la primera (29 goles).
Volvió al Pincha para jugar dos temporadas. Con 34 años, consiguió dos hitos: ingresó en el selecto grupo de goleadores que convirtieron cien goles en la máxima categoría del fútbol argentino (2005, 1 a 0 a River) y en 2006, con el regreso de su gran amigo Juan Sebastián Verón a Estudiantes, consiguió su primer titulo importante al ganar el Apertura 2006 (2 a 1 a Boca). En ese campeonato anotó 9 goles (3 de ellos a Gimnasia).
Luego Calderón prefirió volver a Arsenal seducido por Gustavo Alfaro y otra vez acertó. Obtuvo la Copa Sudamericana 2007.
La Brujita Verón lo convenció de que regresara a Estudiantes, antes del inicio del Apertura 2008. En esta tercera etapa, conquistó su segundo título oficial con la camiseta roja y blanca: la Copa Libertadores de América 2009. Cuando se preparaba y soñaba con disputar el Mundial de Clubes en Abu Dhabi, Emiratos Árabes Unidos, sorpresivamente anticipó su retiro del fútbol en noviembre, tras un cortocircuito con su otrora mejor amigo Verón y el entrenador Alejandro Sabella. Muchos clubes intentaron seducirlo, pero Caldera eligió a Argentinos. En la Selección (integró los planteles que jugaron la Copa América Bolivia 1997 y Paraguay 1999). En esta última no disputó ningún juego y eso produjo un cruce importante con el entonces entrenador, Marcelo Bielsa, con manos al aire incluidas.

Se dijo


"Cuando llegué el 4 de enero a Temuco les dije a mis compañeros que venía para ser campeón y me respondieron que estaba loco. Por suerte se dio y hoy me puedo retirar en una cancha y de esta manera”. (José Luis Calderón)

Cuando el fútbol es más simple

Borghi armó un Argentinos sin grandes nombres y su mensaje práctico permitó lograr una identidad de juego en sus protagonistas.

Buenos Aires > Con un lenguaje despojado de adornos o de conceptos futbolísticos retóricos, Claudio Borghi cimentó un equipo en torno a un manojo de ideas sencillas que priorizó la convicción sobre un estilo de juego definido.
Con muchas carencias económicas, reemplazó a Claudio Vivas hace un año atrás y de a poco fue armando el plantel que ayer alcanzó la cúspide.
Entre sus aciertos hay que mencionar la incorporación del goleador Ismael Sosa, postergado en Independiente; y el convencimiento para que el retirado José Luis Calderón volviera para revalidar sus pergaminos.
Siempre que pudo, y sin que le sobren nombres, Argentinos exhibió momentos de buen fútbol durante el Clausura. No hubo tanto brillo equiparable a aquel plantel que, 25 años atrás, logró el campeonato nacional, la Copa Libertadores y cayó en una memorable final de la Intercontinental con la Juventus.
El propio Borghi, protagonista de aquella gesta como jugador y de esta más modesta como entrenador, lo admitió sin medias tintas. "El equipo del 85 era mucho mejor que este, ya sea por nombres, ya sea por juego”, dijo.
Eso habla de su discurso directo y sencillo, políticamente incorrecto para algunos. Con esa convicción, a los 45 años, el Bichi conoce como pocos los secretos de este juego y los transmite sin sobreactuaciones.
Como futbolista no supo capitalizar su gran talento. Diestro, elegante, explosivo en su juventud, inmortalizó su recuerdo con jugadas que despertaban asombro y admiración. Su nombre se asoció a una jugada (la rabona), que utilizaba para compensar la falta de zurda y no como gesto de demagogia tribunera, tan propio de este tiempo futbolero.
Consagrado a escala global con Argentinos, fue campeón en el Mundial 86, donde sólo jugó un par de partidos; después pasó sin suerte por Italia (Milan, Como) y prosiguió, con éxito diverso, pero siempre con vestigios de su talento, por River, Huracán, Unión, Platense, Independiente y clubes de Chile, Brasil y México.
Tras un paso como entrenador por el fútbol universitario, debutó en el profesional de Chile con Audax Italiano (2002), pero su consagración llegó como técnico de Colo Colo, donde fue el primer entrenador tetracampeón del país (ganó Apertura y Clausura de 2006 y 2007). Fue considerado el mejor entrenador de América en 2006 por el voto del prestigioso diario uruguayo El País y, con ese impulso, volvió al fútbol nacional donde su paso por Independiente y Argentinos lo arrojaron a la cima de la consideración futbolera.
Desde el centro de la escena o desde el ostracismo, Borghi conserva su identidad futbolera, que le permite despojarse de la espectacularidad de la industria del deporte. Sus éxitos y fracasos, se sostienen en su conocimiento del fútbol-juego. En ideas simples y el trato franco con el jugador. Por eso el fútbol que a veces luce confuso y enredado, es sencillo y hermoso cuando Borghi lo juega o lo dirige. Ahora el Bichi tiene ante sí el desafío de Boca, que lo buscará para enderezar su barco.

Se dijo


"Sin dudas que Borghi es uno de los principales protagonistas del éxito. Le dio una idea de juego al equipo y eligió a los jugadores. Mañana –por hoy- nos sentaremos a evaluar los pasos a seguir". (Luis Segura, presidente de Argentinos)