lunes, 3 de enero de 2011

Copetti terminó octavo y lideró la "armada" regional





Pablo hizo una etapa muy buena, quedando octavo en la general.
Edgardo Vega empezó a conocer lo que es el verdadero Dakar.


Busín padeció con el GPS y quedó 72. El debutante Vega sufrió con las gomas, 163.
Imprimir Enviar Compartir Tamaño Pablo Copetti se convirtió en el abanderado de la "armada" regional después de completarse la primera etapa del Dakar y meterse octavo entre los quads, a más de nueve minutos del ganador, mientras que en motos Pablo Busín terminó 72 y Edgar-do Vega en el lugar 163.

Toda una aventura resultó el comienzo de la legendaria prueba para los tres regionales, quienes completaron la primera exigencia.

Los tres llegaron al vivac instalado en el predio Ferial de Córdoba y comenzaron a reponer energías para encarar la segunda etapa de un desafío al que todavía le resta lo más exigente.

El sanmartiniense Copetti hizo todo bien y se mantuvo siempre en el "top ten". En el primer control estaba octavo, en el segundo llegó a estar séptimo, pero después bajó al décimo. En el cierre recuperó bastante.

Copetti, quien está utilizando un Yamaha Raptor 700, finalizó la etapa en el octavo lugar, a 9m 06s del checo Jozef Machacek y aventajando en la clasificación, sin contabilizar el posterior recargo, al campeón Marcos Patronelli.

A los dos aventureros de las motos les pasó de todo. Busín llegó demorado al comienzo del especial, como consecuencia de algunos problemas de seguridad en el tránsito, del que se quejaron muchos participantes.

Después padeció con problemas en el GPS, pero pudo disfrutar de su nueva moto Yamaha 450 cc. que lo llevó al final de la etapa en el lugar 72, a 26m 36s del portugués Rubén Faría, pero muy cerca de una decena de pilotos.

"Largué demorado, nos dieron un horario para el enlace y no lo pudimos cumplir. Esperé dos veces en las estaciones de servicios, porque había mucho gente y después paré a comer. Me quedé trabajo y me tiré por la banquina", contó Busín.

Al debutante Vega no le fue mejor, porque practicamente cocinó el mouse que utilizan las gomas para prevenir pinchaduras y a los 90 kilómetros de iniciado el especial tuvo que parar a arreglarlas.

Para colmo, tuvo que bajar su ritmo porque las cubiertas se consumieron y sino no había forma de llegar al final del tramo de velocidad, apoyado por el aplauso de los aficionados, porque venía con el ánimo por el piso.

En el enlace paró en San Agus-tín y un aficionado fue a comprarle una cámara para poner en la cubierta trasera, lo que le permitió llegar al final de la exigente etapa