martes, 5 de abril de 2011

El equipo no pudo detener la caída libre


Contra todo, el Rojo peleó, y deja su lugar en el Argentino B en medio de la crisis.Neuquén > Un descenso no se da en un partido o por los resultados de los últimos tres. Independiente de esta ciudad dejó el torneo Argentino B luego de seis temporadas, pero hay varios factores que suman en la pérdida de una categoría. El Rojo volvió a dudar sobre su presencia en este certamen, pero pese a todos los rumores y dudas afrontó la competencia luego de sufrir duros golpes en los dos anteriores torneos, incluyendo aquella inolvidable eliminación por penales ante de Huracán de Comodoro Rivadavia luego de haber ganado 5-0 en la ida. Un pequeño grupo de dirigentes decidió el “sí” y colocó a Rogger Morales al frente del plantel. El equipo se fue armando de a poco, con un presupuesto limitado y con una base regional se atrevió a soñar. Llegaron Manuel Gutiérrez, Martín Sánchez, Ernesto Laca Billi, Lucas Príncipe y se sumaron a Fabián Sambueza, Nicolás Peralta, Víctor Manchafico, Fernando Pirotta, José Ancatén, Nicolás Finessi y Adrián Kees para armar un conjunto que mezcló juventud y experiencia. El empate ante Madryn y el triunfo frente a Huracán ilusionaron a todos, pero llegaron 8 partidos seguidos sin ganar y aparecieron muchos problemas justo en el cierre de 2010. En lo deportivo, la tabla y el promedio, y fuera de la cancha el desgaste dirigencial, la renuncia de Morales y con su partida la salida de varios referentes. Y el problema económico, algo que afectó a la institución en los últimos años y no fue exclusividad del fútbol. El 2011 fue de “borrón y cuenta nueva”. El motivador e incansable Fabián Tardella tomó la dirección técnica y se tuvo que arreglar con lo que pudo y con lo que tuvo. Llegaron pocos refuerzos y fueron muchos más lo que dejaron el equipo (Sambueza, Príncipe, Laca Billi, Manchafico, Sánchez, Gutiérrez). Pese a ello, el Rojo no bajó los brazos y la campaña mejoró respecto a los primeros diez partidos (7 puntos), aunque (logró 9) no alcanzó. Las victorias como local ante Huracán, Boca y Cruz del Sur le dieron ánimo un golpeado plantel, pero nunca pudo tener protagonismo fuera del “Gigante del barrio Sarmiento” y los números son contundentes: perdió los 10 partidos. Así, imposible. Y más sabiendo que los rivales directos se hicieron fuertes en las fechas clave. “Este grupo merece la permanencia y la pelea en soledad, acá no hay apoyo de nadie y si ni fuera por mis compañeros ya me hubiera ido”, contó una vez Víctor Castro. Lo mismo vivieron compañeros y cuerpo técnico, que, como sucede siempre, ponen la cara por aquellos que, sin jugar, se fueron al descenso. Tardella: “El peor día de mi vida” Neuquén > El plantel del Rojo arribó ayer por la noche a la ciudad y el técnico Fabián Tardella, con la amabilidad de siempre, afrontó lo complejo que es hablar en un momento tan complicado. “Le quiero pedir disculpas a los hinchas de Independiente porque me sentí con fuerzas para sacar esto adelante y la verdad que no lo puedo creer. Es el peor día de mi vida en lo deportivo, siempre estuve convencido en dejar al club en el torneo y fallé al frente de este gran grupo de jugadores”, afirmó el entrenador. Con el cansancio lógico de un viaje extenuante y la noticia del descenso aún tan fresca, Tardella se mostró amargado, con impotencia, pero dejó un mensaje para sus dirigidos. “Nos pasaron muchas malas, no dimos con los resultados, pero este es un plantel de lujo y si yo fuera dirigente le sumaría unos refuerzos, mantendría la base y pelearía por el Torneo del Interior. En este momento no pasa por echar culpas sino por comenzar a trabajar para el futuro. El dolor es terrible, la amargura muy grande, pero no es momento para llorar”, agregó el entrenador. Pensando en los resultados y los números, el técnico fue claro. “Yo sabía dónde estaba y cómo estaban las cosas y por ello me sentí con confianza. Pero durante la otra temporada con Dehais se lograron 14 puntos y con los 6 de Morales escapó de todo, hoy nosotros ni con 19 puntos logramos llegar a salir del descenso. La verdad es que uno se quiere morir porque se trabajó para dejar el fondo y no se pudo”, concluyó.






DLMN