martes, 19 de enero de 2010

"Hice realidad mi sueño"



Pablo Busin escribió su nombre en la historia del deporte motor regional. En su estreno, fue el primer piloto en completar la exigencia del rally Dakar.
Superó muchas complicaciones y también tuvo tiempo de disfrutar la competencia. Logró el objetivo planificado.
Buenos Aires > “Cuando esté complicado en algún momento de la competencia voy a pensar que hay alguien en el Alto Valle que me va a estar empujando a mí y a la moto para poder salir adelante. Con éso voy a recuperar fuerzas para seguir”, afirmó antes de encarar su primer desafío. Y eso sucedió en especial en el último tramo de su primer rally Dakar, el Argentina - Chile 2010 que se cerró el domingo. Pablo Busin no deja de sonreír y no es para menos: fue el segundo argentino mejor ubicado en motos y logró colocarse en el puesto 50 de la competencia que reunió a las figuras más importantes del cross country mundial.
El reginense, de 40 años, logró completar el recorrido de 9.000 kilómetros con una Honda 450 que soportó todo. El actual subcampeón argentino cumplió con su desafío y con un sueño pendiente.
“Por un momento pensé que se terminaba el Dakar y traté de tener tranquilidad en un momento en el que es difícil porque la ansiedad y la adrenalina por llegar no te permiten lograr calma. Por suerte pude comunicarme con mis auxilios, solucionar de manera parcial el problema que tenía a la hora de poner en marcha la moto y completar el recorrido. Cumplí mi sueño y por el momento no pienso en más”, afirmó el esposo de Elira y el hermano de Guillermo. Ellos, junto a Matías, encargado de los masajes y la recuperación física, fueron los tres asistentes que tuvo el piloto que se convirtió en el primer regional en escribir su nombre como finalista de la tradicional travesía.
“Con una moto criolla y el esfuerzo de mucha gente pude cumplir con esta meta. Valió la pena levantarse de madrugada para entrenar y prepararse de manera exigente para este tipo de prueba. Uno está lejos de un presupuesto de un piloto europeo o internacional, pero con muchas ganas se pudo concretar el objetivo. Me pasaron muchas cosas durante todo el recorrido (risas) y la verdad es que todo esto será inolvidable”, se sinceró.
Luego de la segunda etapa, Pablo llegó a estar ubicado como el mejor argentino en motos y su ascenso fue importante, pero también pagó cara la exigencia. “En un parcial llegué a estar 32 o 34, pero la moto quedó muy golpeada porque me gusta acelerar y el equipo debió trabajar mucho para recuperarla. A partir de ahí comenzó a pensar en ir más tranquilo para cuidar todo y poder llegar”, destacó el reginense.
Tuvo problemas con el navegador, se perdió en varios kilómetros, recibió ayuda con herramientas y hasta un espectador le ofreció gaseosa y caramelos cuando ya no tenía fuerzas para completar la etapa. En muchas ocasiones, seis bolsas de hielo lo esperaron para la recuperación física. “Hace una semana que tengo una mano acalambrada, pero no podía aflojar. Creo que cuando uno tiene un sueño hay que hacer todo lo posible y nunca bajar los brazos. Yo logré hacer realidad el mío”, dijo.