domingo, 17 de enero de 2010

Pincha garpa



Estudiantes paseó y goleó a Boca en Mar del Plata, levantó el primer trofeo de verano y expuso la realidad de uno y de otro. La tendencia del 2009 se mantiene.


Y, sí. Hay diferencias. Un equipo y un no equipo. El campeón de la Libertadores y el que se midió con el enorme Barcelona, arañó la gloria y cayó con dignidad. Y el que deambuló en el 09, no entró a la Copa y debe luchar para estar en la Sudamericana. Más allá del resultado (4-1) y de quién haya levantado el trofeo veraniego, esa es la realidad de Estudiantes y Boca.
La tendencia del año pasado, está claro, se mantuvo en Mar del Plata. A uno, al trote, le alcanza para planificar cuatro jugadas y hacer mover a Javier García. Leandro González, mismo protagonista final de cada jugada, fue el culpable de que en ese primer tiempo no hubiera habido goles.

Sin Braña ni Matías Sánchez, con Verón como volante central principal y Leandro Benítez a su lado, con cambios de nombres pero no de estilo, Estudiantes funciona igual. Es tan equipo uno y tan poco el otro que la diferencia se nota hasta en las pelotas paradas. Como el Pincha se pone cerca del gol en cada envío que sale de la Bruja o Benítez. Como Boca pretende armar una jugada preparada y nadie entiende qué quiere hacer.

A Boca, mientras a su rival le alcanza al trote, no le sale ni siquiera esforzándose al máximo. Busca la salida prolija desde la línea defensiva y no logra avanzar, y termina con el pelotazo que se quería evitar. Lo hizo Morel, también Paletta. Lo repitió seguido el equipo de Basile. Y defenderse en la puerta de su área tampoco le dio más seguridad que el año pasado. Un pase corto de Enzo Pérez dejó a González frente a García y un pelotazo largo de Verón también. Hugo Ibarra, en su debut, no fue salida y encima obligó a Medel a preocuparse por cubrirlo. Insúa no anduvo en el 2009 por izquierda y ahora tampoco como enganche. Y cuando quiso tocar e ir a buscar, nunca le volvió la pelota. Mouche estuvo muy lejos de Gaitán. A Viatri no le llegó (porque cuando le llegó, después) la metió). Y así, aunque a este equipo le faltan unos cuantos, Basile se la pasó agarrándose la cabeza.

La diferencia en el segundo tiempo fue que la pelota, ahí sí, entró. El que se perdió todos en el primero, armó la jugada, la defensa de Boca entera perdió de vista a Núñez y González se la sirvió para definir en el área chica. Y el arco se abrió. Pateó Hoyos de su ex casa en Manhattan y la embocó, pateó Sosa de su ex ciudad en Alemania y también... Y el cierre fue con Morel desparramado en el piso y el 4-1 de Morales Neumann.
La diferencia, igual, ya se veía antes de los goles, en el 0-0. Era el campeón de América y el que ni juega esta Copa. Y el primero ya fue campeón de verano y el otro, el mismo del 09.