viernes, 24 de junio de 2011

Willy, el verdugo Naranja

Con dos penales atajados en la definición desde los doce pasos, Guillermo Ferreyra se convirtió en el héroe de Racing de Olavarría, que ascendió al torneo Argentino A.



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Guillermo Ferreyra, hincha y ex jugador de Cipolletti, imposibilitó el ascenso del Deportivo Roca.
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El arquero, formado futbolísticamente en Cipolletti, fue figura en el Luis Maiolino y en la final que se jugó el miércoles.

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Se fue en busca de la continuidad deseada y nunca conseguida. Llegaba Marcelo Yorno para encarar la nueva temporada de Cipolletti, tras la renovación que se abría por la partida de Domingo Perilli, y el arquero Guillermo Ferreyra quería continuidad.
En su momento, el Mosquito le aseguró una lucha pareja con Raúl Ruiz por el puesto, pero cansado de las promesas con idéntico final decidió junto a su señora partir hacia otro rumbo.
Racing de Olavarría lo recibió. El Chaira no era desconocido para el arquero porque fue el rival del Albinegro en su final de Argentino B en el 2009 y Duillo Botella, entonces técnico en el conjunto bonaerense, lo conocía.
Llegó acompañado por Julio Ibáñez, que tampoco encontró lo que esperaba (económicamente) en el nuevo Cipo, y se calzó la “1” desde el primer partido.
Por sus propias fallas terminó perdiendo el puesto a manos de Víctor Sieracki cuando Gustavo Noto tomó la posta en el banco de suplentes.
Sin embargo, las finales ante Deportivo Roca tenían deparado para él un final de película en Olavarría. Pisó el Luis Maiolino con avasallante personalidad, fue figura en el 1 a 1 que rompió el hielo de la serie el domingo pasado y en la revancha volvió al banco porque su compañero había cumplido la suspensión.
Según Noto, estaba decidido que si se encaminaba la coronación a una definición por penales, Ferreyra sería el arquero local. No quedó esa sensación cuando se levantó el cartel de cambio con el número “12”.
Fernando Acosta en el segundo de la serie para Roca se topó con el cipoleño y Diego Guevara en el sexto, cuando la pelota comenzó a pesar más que de costumbre, lo terminó de convertir en héroe.
“Estar dentro de la cancha es todo”, reconoció el arquero después de la victoria, en medio del bullicio y los festejos a los que no escapó, pero que vivió recordando a Sieracki.
Es que en su carrera como futbolista siempre le habían tocado papeles secundarios y por eso sabe cuál es el sentimiento del otro.
Parado en un lugar diferente, tiene trabajo asegurado como futbolista, pero como él mismo reconoció antes de ponerse en marcha esta apasionante definición, desconoce cuál será su deseo después de julio.
Hincha de Cipolletti, no manifestó un sentimiento especial por haberle ganado directamente a Roca. Así es Ferreyra, un arquero de probadas condiciones físicas que no termina de liberarse y que podría sorprender en pocos días con su retiro definitivo de la actividad por una decisión personal.



DLMN