martes, 29 de marzo de 2011




Argentina-Brasil, Mundial 90. A los 25’ del segundo tiempo digo: “Caniggia va a tener una oportunidad, dependerá de él”. Después, Cani mete el gol. De la emoción le golpeo la espalda a Víctor Hugo. Nos abrazamos.
“La chapa de ese gol te deja ir a todos los Mundiales”, dicen mis amigos. Al bajar del palco, nos cruzamos con Diego. Me muestra el tobillo y me baja la presión. Víctor Hugo y Diego, que tenía un melón en el tobillo, terminaron llevándome. Todo al revés.

(ALEJANDRO APO, periodista deportivo argentino)