martes, 9 de marzo de 2010

David volvió a ser el líder copero





Con el triunfo ante Suecia y el pase a cuartos de final, Nalbandian recuperó el protagonsimo en la Copa Davis. Su entrega fue vital para conseguir la clasificación.
A partir de su proeza y la recuperación de Del Potro, las ilusiones para la próxima instancia con Rusia se potencian.
Buenos Aires > El inesperado triunfo de Argentina sobre Suecia en Estocolmo y la clasificación a cuartos de final le devolvió el protagonismo a David Nalbandian, que se redimió de las polémicas que lo habían rodeado en series anteriores.
Lejos parecen haber quedado los entredichos con Juan Martín Del Potro en el seno del equipo argentino en la final de diciembre de 2008 ante España en Mar del Plata, cuando el deseado título se le escurrió de las manos. O las versiones sobre sus intereses personales para que esa final se jugara en su provincia natal, Córdoba. O los rumores sobre su intempestiva baja horas antes de la serie ante Holanda en el inicio de la Copa Davis 2009.
Nalbandian fue el gestor y protagonista central de una epopeya que mantuvo vivo el sueño de conquistar por primera vez la Ensaladera de Plata.
Sorpresivamente, además, porque llegó a Estocolmo el jueves, horas antes del inicio de la serie, y con dudas sobre su recuperación de la distensión en el aductor derecho que había interrumpido en el torneo de Buenos Aires su esperado regreso al circuito tras nueve meses de inactividad por una cirugía de cadera.
Opacado en las últimas temporadas por el creciente protagonismo de Del Potro, que escaló al quinto puesto del ranking mundial, la epopeya que lideró en Suecia le devolvió a Nalbandian su papel de líder "copero".
Argentina llegó como punto a una serie en que Suecia era la banca. Pero la llegada inesperada de Nalbandian el jueves prendió las luces de alarma en Estocolmo.
Robin Soderling, número siete del mundo, venció a Eduardo Schwank en el primer punto. Pero luego Leonardo Mayer comenzó a construir la epopeya, al vencer a Joachim Johansson. La ilusión siguió creciendo con el triunfo en dobles de Nalbandian y Horacio Zeballos.
Las lágrimas de Mayer al caer el domingo con hidalguía ante el número siete del mundo, Robin Soderling, que igualó así en 2-2 la serie, expresaron el sentir de los argentinos ante las dudas de que Nalbandian pudiera salir a pelear por el último punto, ya que él mismo había advertido tras el dobles que dudaba de su estado físico.
Hasta cinco minutos antes de ingresar a la cancha, Vázquez, Rivera y Nalbandian dudaban qué hacer: el rival era fácil - Andreas Vinciguerra es el 232 del mundo- pero el cordobés se podía resentir de su lesión y entonces era mejor que jugase Schwank.
Pero Nalbandian sabía que no había viajado a Suecia para ver el quinto punto desde afuera y entonces salió a jugar contra un entusiasta Vinciguerra, que hasta se dio el lujo de ganarle un set, pero no pudo evitar que el talento del argentino consiguiera una histórica victoria.
De esta manera, Argentina pasó del casi seguro repechaje a tener que enfrentarse con Rusia, por los cuartos de final, en julio próximo (9 al 11), con la ilusión intacta.